lunes, 8 de octubre de 2012
Conocé a los protagonistas del FESAALP 2012
Por séptimo año consecutivo, el Festival de Cine Latinoamericano de La Plata – FESAALP concentra una excelente muestra del mejor cine regional, cuya selección ya está disponible en la web oficial (www.fesaalp.com). A lo largo de ocho días, 76 películas de todo el continente formarán parte de las Competencias Oficiales de Largometrajes, Cortometrajes y La Plata Filma en el evento que este año se realizará del 15 al 22 de septiembre en la ciudad de La Plata.
Más de 700 películas se presentaron para participar del FESAALP 2012, una tendencia que crece año tras año y obliga a los programadores a crear más secciones paralelas que acompañan a las competencias. Este año se suman cuatro: una dedicada a la música, otra al género fantástico, a la Series TDA y a las películas en construcción.
La Competencia de Largos Ficción está conformada por Diablo, de Nicanor Loreti; desde Perú Las Malas Intenciones, de Rosario García Montero; La Memoria del Muerto, de Valentín Javier Diment; desde Misiones Mis sucios 3 tonos, ópera prima de Juan Manuel Brignole; la platense Compañía, de Pablo Siciliano y Eugenio Lasserre; Topos, de Emiliano Romero; y la chilena Sal, de Diego Rougier.
En la Competencia de Largos Documentales se podrá ver El Polonio, de Daiana Rosenfeld y Anibal Garisto; Nicaragua... el sueño de una generación, de Roberto S. Persano y Santiago Nacif; Ellos, los Ellos, de Ignacio Izurieta y Julián Olmedo; Noche sin fortuna, de Francisco Forbes y Alvaro Cifuentes; y TV Utopía, de Sebastián Deus.
Todos ellos participan por los galardones que entrega el jurado que este año cuenta entre sus integrantes para la sección Largos Ficción con el actor de Un Cuento Chino, Ignacio Huang; a María Canale, la actriz de Abrir puertas y ventanas; y Marcelino López, profesor e investigador de la UNLP. Por su parte, la escritora Andrea Molfetta; el Director General de Libercine, Néstor Granda; y el realizador y programador del Festival CINE//B de Chile, Bernabé Demozzi, serán los responsables de distinguir a los Largos y Cortos documentales.
Además, la tradicional Competencia de Cortos del FESAALP está conformada por seis categorías diferentes, donde se podrá disfrutar de Animaciones, Ficciones, Videoclips, Videominutos, Documentales y obras del Género Fantástico de Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay, Perú, Chile, Paraguay, Costa Rica, Bolivia y México. Aquí, los encargados de definir las mejores películas son Liliana Amate, Coordinadora del Departamento de Cortometrajes de la Gerencia de Fomento del INCAA; la directora y productora uruguaya, Soledad Castro; y Gustavo Escalante, miembro del equipo de producción del Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales de Rosario.
Nuevas Secciones
Hay grandes novedades para esta edición: la flamante sección a Todo Volumen, un espacio para escuchar bien fuerte y disfrutar del arte de los videoclips y de films como La H, de Nicanor Loreti; Lost Alamo, de Francisco Forbes; y Qué sois ahora?, un documental sobre Pequeña Orquesta Reincidentes de Mariano Goldgrob y Gustavo Galuppo.
Otra incursión es Aullidos de Medianoche, con cortos exponentes del género terror de Cuba, Argentina, Brasil y Costa Rica y películas como Detrás del horror, de Diego Adrián de Llano; Malditos Sean!, de Demián Rugna y Fabián Forte; y Plaga Zombie 3: Revolución Tóxica, de Hernán Sáez y Pablo Parés.
También habrá lugar para las Series TDA, todo el talento del cine volcado a la tv con Olvidados del Río de Igor Galuk, Alegría y Dignidad de Cristián Jure, Mundo Aparte de Ana Cacopardo y muchas series más.
En Proceso, un nuevo espacio para conocer las próximas películas platenses que están en etapa de producción. Y Noches Especiales con la presencia del El último Elvis de Armando Bo y Eva de la argentina de María Seoane.
Ya está en marcha la cuenta regresiva para la Semana del Cine Latinoamericano en La Plata. El 7° FESAALP, del 15 al 22 de septiembre, llenará las calles y diagonales de la ciudad del mejor cine del continente. La programación y detalles del Festival se pueden conocer en www.fesaalp.com.
sábado, 24 de diciembre de 2011
Tierra (Aleksandr Dovzhenko) Zemlya. 1930. U.R.S.S.
Zemlya (“Tierra” o “Suelo” en su traducción literal) es considerada la tercera película de la trilogía de Ucrania luego de Zvenigora y de Arsenal (ambas de 1928) y en esta podemos ver los cambios en que se producen entre los habitantes de un pueblo de campesinos ante la llegada del Socialismo de la U.R.S.S. y del progreso tecnológico pero también queda fuertemente remarcada la inmutabilidad de la naturaleza frente al hombre, su destino y su suerte y que el ser humano está inserto en un ciclo mucho más grandes de nacimientos y fallecimientos que no puede controlar ni predecir, sólo aceptar.
El director de esta película es el ucraniano (aunque en esa época no existía cómo tal sino cómo la región de Sosnytsia, una parte del Imperio Ruso) Aleksandr Dovzhenko, nacido en 10 de Septiembre de 1894, descendiente de una familia de ancestros cosacos sin educación fue el séptimo hijo de un total de catorce pero debido a la alta mortalidad infantil a los 11 años se convirtió en el mayor de sus hermanos. Tuvo la suerte de que su abuelo lo motivó a estudiar y que por un problema cardíaco pudo evitar el servicio militar, por lo que a los 19 años ya era maestro. Su carrera cinematográfica comienza en 1926 cuando se muda a Odesa y en 1928 con el éxito de Zvenigora comienza a ser reconocido cómo uno de los directores más importantes de su época junto a Sergei Eisenstein, Dziga Vertov y Pudovkin. Distinto de ellos, no deja textos sobre su trabajo ni una teoría cinematográfica (o por lo menos, no pude encontrar ninguna referencia en internet a algún trabajo escrito excepto novelas y cuentos) su forma de expresión es netamente de cine y recibió innegablemente algunas influencias de sus contemporáneos principalmente en el montaje pero diferente de estos, no tiene el fuerte intelectualismo de Eisenstein ni la mirada de Vertov ni la narrativa de Pudovkin, en vez de eso agrega espiritualidad, rusticidad y un sorprendente trabajo con los encuadres.
Su carrera se extiende por 16 películas, entre ellas 3 documentales y un cortometraje; Tierra es su sexta película que fue producida por los estudios VUFKU (Directorio Ucraniano de Cine y Fotografía).
Los primeros minutos de la película son imágenes del paisaje, el cielo y de frutos, el viento que mece los campos de trigo, los duraznos todavía colgando de las ramas, girasoles de cara al sol, una chica observando al infinito con un girasol detrás, la naturaleza en su formas más benignas y hermosas y el ser humano formando parte de ella. Sobre una alfombra y rodeado de duraznos, en el campo, está el anciano Semyón, a punto de morir, cerca de él hombres, mujeres y niños jugando lo observan. La película no tiene la intención de ser narrativa, al contrario, nunca hay un plano general que permita establecer la ubicación de todas los personas, de hecho hay momentos en los que los personajes hablan moviendo los ojos en distintas direcciones causando una ligera confusión en el espectador, lo importante son los encuadres, muy planificados y simétricos, con los actores casi siempre estáticos, apenas moviéndose o haciendo gestos más que para hablar pausadamente, los hombres y mujeres, centrados dentro del plano medio, dan la sensación de ser uno con la naturaleza que los rodea, de ser parte de ella. El toque de humor cuando el moribundo se levanta por su último deseo de comer una pera, tanto él cómo los niños disfrutan de una, no hace más que reforzar la idea de un pueblo en comunión con la tierra y amante de los placeres sencillos, en última instancia son estos los que importan y hay que tomarse el tiempo para disfrutarlos.
Pero aunque con la muerte de Semyón significa el fin de una era, los problemas recién comienzan, los ricos del pueblo están saboteando las acciones del partido. Vasili hijo de Opanas discute con su padre, la cámara los toma de espaldas, ellos están de espalda entre sí, cada uno con una visión completamente distinta de la situación y de cómo solucionarla, a medida que aumenta la discusión se irán dando vuelta lentamente hasta enfrentarse, justo cuando entran en la casa la gente del partido que trata de convencer infructuosamente a Opanas de las bondades del progreso.
Han decidido traer un tractor para trabajar la tierra. Toda la gente del pueblo está expectante, los planos igualan a los bueyes y caballos que horadan la tierra con los campesinos, pero no se trata de una ironía sino de ponerlos a ambos en contacto con el suelo y la naturaleza. Los planos amplios, en los que los hombres quedan reducidos a pequeñas porciones de la imagen mientras que el cielo lo ocupa casi todo, continúan con el mismo sentido pero al mismo tiempo se unen con los primeros planos de los responsables políticos que hablan por teléfono, no hay en ellos espacio para mostrar naturaleza alguna, sólo la angustia y la preocupación porque el tractor no funciona. De nuevo son los hombres del campo los que solucionan el problema con su rústica sabiduría orinando dentro del radiador (escena censurada por la autoridades de la época). El tractor llega al fin al pueblo y en unos planos cortos dignos de cualquier video clip moderno, se nos muestra cómo su trabajo permite mejorar al pueblo, el progreso y la industrialización no son inhumanos cómo en Tiempos Modernos de Charles Chaplin, sino que ayudan al progreso de la gente, a igualar los pobres con los ricos. Los rostros de alegría de las mujeres haciendo sus tareas, la cámara mostrando sus tobillos y pantorrillas, otro de los placeres sencillos de la vida.
El drama surge cuando uno de los granjeros ricos, Koma se entera que Vasili con el tractor ha volteado uno de sus alambrados. Después de una noche con su novia, él regresa caminando por entre los pasajes del pueblo, cierra los ojos, feliz, canta y baila. En uno de los recodos, arteramente, Koma le mata de un tiro.
Opanas, en un potente travelling en picado se enfrenta a Koma que cobardemente le dice que no tiene nada que ver con el asesinato. Después de una larga meditación (tres fundidos a negro pero sin cambios en el plano que muestra) y apenas saliendo de su tristeza, Opanas decide que el funeral de su hijo será sin sacerdotes ni curas cómo una forma de homenajear al nuevo régimen, sólo la juventud acompañará el féretro cantando las canciones del partido.
El estilo de las actuaciones varía constantemente, por un lado hay momentos con grandes gesticulaciones, en un estilo antiguo típico del cine mudo, por otro en los momentos más pausados la actuación es moderna, incluso experimental, rostros sobrios, cuerpos inmóviles (hubo instantes que me recordaron a La muerte de Empédocles de Huillet-Straub), silencios, miradas contemplativas observadas mediante largos planos. El rostro de vergüenza del sacerdote al ser echado de la casa de Opanas se opone al llanto de las ancianas, a la culpa de Koma que corre por el campo y trata de enterrar su cabeza entre los surcos, a la desnuda desesperación de la novia de Vasili (segunda escena censurada). La media sonrisa algo sobradora de Vasili se opone a la mirada por momentos violenta de padre, actuación nueva contra actuación vieja, régimen socialista contra régimen del imperio (no piensen en Sunset Boulevart, la diferencia entre las actuaciones no es tan notoria).
Vasili, ahora mártir del nuevo régimen es elevado por el discurso político de turno a volar junto con el avión comunista y ser conocido por todo el mundo. Después del funeral, el ciclo de la vida y la naturaleza vuelve a su cauce, otra vez el campo, los trigales, los perales, los zapallos, ahora hay una lluvia que limpia todo y permite el renacimiento, la nueva vida. La de Vasili, feliz, con su novia sonriente entre brazos, renacido, resucitado casi, una pequeña visión de lo que podría haber sido. La señal de que a la naturaleza y al espíritu no le importan las revoluciones ni las muertes porque todo forma parte de un ciclo sin fin.
No hay en esta película una gran fluidez narrativa ni de profundidad psicológica, por el contrario se alternan momentos estáticos, contemplativos, imbuidos de espiritualidad con otros muchos más veloces, con un montaje prodigioso e incluso se hace montaje paralelo entre varias historias en la secuencia del funeral. Los personajes sencillos, y construidos con pocos rasgos de personalidad que los definen son por momentos demasiado simples, para que todos los espectadores puedan “seguirlos”, hay buenos y malos, aunque estos últimos no duran mucho tiempo, ya sea por que el nuevo régimen va a acabar con ellos o por que en realidad no eran tan malos y se arrepienten de sus actos. También hay que señalar que a pesar de tener un protagonista y personajes principales, por momentos se recurre a la masa cómo personaje, cómo en la llegada el tractor o el funeral de Vasili, o también hay personajes que aparecen pocos minutos o segundos para luego desaparecer cómo la mujer que da a luz durante el funeral o los hombres que están reunidos en el bar donde leen sobre los sabotajes de los ricos.
Es significativo cómo en la escena del funeral nadie escucha la confesión de Koma, simplemente no les importa, lo importante es el discurso político que convierte a Vasili en mártir del nuevo régimen.
Debido al régimen imperante que aceptaba o rechazaba los proyectos o directamente los dictaba, Dovzhenko se vio pronto reprimido en sus intenciones espirituales y experimentales para sus proyectos y tuvo que adaptarse a hacer filmes que no lo satisfacían. Tierra fue censurada en algunas de sus escenas y el régimen socialista no la aceptó con complacencia acusándola de ambigua. En sus últimos 20 años bajo el régimen de Stalin tuvo que disminuir su producción y se dedicó más a escribir novelas y cuentos. También colaboró con la carrera de realizadores más jóvenes. Falleció en Moscú el 25 de noviembre de 1956.
Cómo el protagonista de su película, Dovzhenko regresó después de fallecido con una obra llamada Poema del mar de 1959 que fue completada por su esposa Yulia Solntseva.
El director de esta película es el ucraniano (aunque en esa época no existía cómo tal sino cómo la región de Sosnytsia, una parte del Imperio Ruso) Aleksandr Dovzhenko, nacido en 10 de Septiembre de 1894, descendiente de una familia de ancestros cosacos sin educación fue el séptimo hijo de un total de catorce pero debido a la alta mortalidad infantil a los 11 años se convirtió en el mayor de sus hermanos. Tuvo la suerte de que su abuelo lo motivó a estudiar y que por un problema cardíaco pudo evitar el servicio militar, por lo que a los 19 años ya era maestro. Su carrera cinematográfica comienza en 1926 cuando se muda a Odesa y en 1928 con el éxito de Zvenigora comienza a ser reconocido cómo uno de los directores más importantes de su época junto a Sergei Eisenstein, Dziga Vertov y Pudovkin. Distinto de ellos, no deja textos sobre su trabajo ni una teoría cinematográfica (o por lo menos, no pude encontrar ninguna referencia en internet a algún trabajo escrito excepto novelas y cuentos) su forma de expresión es netamente de cine y recibió innegablemente algunas influencias de sus contemporáneos principalmente en el montaje pero diferente de estos, no tiene el fuerte intelectualismo de Eisenstein ni la mirada de Vertov ni la narrativa de Pudovkin, en vez de eso agrega espiritualidad, rusticidad y un sorprendente trabajo con los encuadres.
Su carrera se extiende por 16 películas, entre ellas 3 documentales y un cortometraje; Tierra es su sexta película que fue producida por los estudios VUFKU (Directorio Ucraniano de Cine y Fotografía).
Los primeros minutos de la película son imágenes del paisaje, el cielo y de frutos, el viento que mece los campos de trigo, los duraznos todavía colgando de las ramas, girasoles de cara al sol, una chica observando al infinito con un girasol detrás, la naturaleza en su formas más benignas y hermosas y el ser humano formando parte de ella. Sobre una alfombra y rodeado de duraznos, en el campo, está el anciano Semyón, a punto de morir, cerca de él hombres, mujeres y niños jugando lo observan. La película no tiene la intención de ser narrativa, al contrario, nunca hay un plano general que permita establecer la ubicación de todas los personas, de hecho hay momentos en los que los personajes hablan moviendo los ojos en distintas direcciones causando una ligera confusión en el espectador, lo importante son los encuadres, muy planificados y simétricos, con los actores casi siempre estáticos, apenas moviéndose o haciendo gestos más que para hablar pausadamente, los hombres y mujeres, centrados dentro del plano medio, dan la sensación de ser uno con la naturaleza que los rodea, de ser parte de ella. El toque de humor cuando el moribundo se levanta por su último deseo de comer una pera, tanto él cómo los niños disfrutan de una, no hace más que reforzar la idea de un pueblo en comunión con la tierra y amante de los placeres sencillos, en última instancia son estos los que importan y hay que tomarse el tiempo para disfrutarlos.
Pero aunque con la muerte de Semyón significa el fin de una era, los problemas recién comienzan, los ricos del pueblo están saboteando las acciones del partido. Vasili hijo de Opanas discute con su padre, la cámara los toma de espaldas, ellos están de espalda entre sí, cada uno con una visión completamente distinta de la situación y de cómo solucionarla, a medida que aumenta la discusión se irán dando vuelta lentamente hasta enfrentarse, justo cuando entran en la casa la gente del partido que trata de convencer infructuosamente a Opanas de las bondades del progreso.
Han decidido traer un tractor para trabajar la tierra. Toda la gente del pueblo está expectante, los planos igualan a los bueyes y caballos que horadan la tierra con los campesinos, pero no se trata de una ironía sino de ponerlos a ambos en contacto con el suelo y la naturaleza. Los planos amplios, en los que los hombres quedan reducidos a pequeñas porciones de la imagen mientras que el cielo lo ocupa casi todo, continúan con el mismo sentido pero al mismo tiempo se unen con los primeros planos de los responsables políticos que hablan por teléfono, no hay en ellos espacio para mostrar naturaleza alguna, sólo la angustia y la preocupación porque el tractor no funciona. De nuevo son los hombres del campo los que solucionan el problema con su rústica sabiduría orinando dentro del radiador (escena censurada por la autoridades de la época). El tractor llega al fin al pueblo y en unos planos cortos dignos de cualquier video clip moderno, se nos muestra cómo su trabajo permite mejorar al pueblo, el progreso y la industrialización no son inhumanos cómo en Tiempos Modernos de Charles Chaplin, sino que ayudan al progreso de la gente, a igualar los pobres con los ricos. Los rostros de alegría de las mujeres haciendo sus tareas, la cámara mostrando sus tobillos y pantorrillas, otro de los placeres sencillos de la vida.
El drama surge cuando uno de los granjeros ricos, Koma se entera que Vasili con el tractor ha volteado uno de sus alambrados. Después de una noche con su novia, él regresa caminando por entre los pasajes del pueblo, cierra los ojos, feliz, canta y baila. En uno de los recodos, arteramente, Koma le mata de un tiro.
Opanas, en un potente travelling en picado se enfrenta a Koma que cobardemente le dice que no tiene nada que ver con el asesinato. Después de una larga meditación (tres fundidos a negro pero sin cambios en el plano que muestra) y apenas saliendo de su tristeza, Opanas decide que el funeral de su hijo será sin sacerdotes ni curas cómo una forma de homenajear al nuevo régimen, sólo la juventud acompañará el féretro cantando las canciones del partido.
El estilo de las actuaciones varía constantemente, por un lado hay momentos con grandes gesticulaciones, en un estilo antiguo típico del cine mudo, por otro en los momentos más pausados la actuación es moderna, incluso experimental, rostros sobrios, cuerpos inmóviles (hubo instantes que me recordaron a La muerte de Empédocles de Huillet-Straub), silencios, miradas contemplativas observadas mediante largos planos. El rostro de vergüenza del sacerdote al ser echado de la casa de Opanas se opone al llanto de las ancianas, a la culpa de Koma que corre por el campo y trata de enterrar su cabeza entre los surcos, a la desnuda desesperación de la novia de Vasili (segunda escena censurada). La media sonrisa algo sobradora de Vasili se opone a la mirada por momentos violenta de padre, actuación nueva contra actuación vieja, régimen socialista contra régimen del imperio (no piensen en Sunset Boulevart, la diferencia entre las actuaciones no es tan notoria).
Vasili, ahora mártir del nuevo régimen es elevado por el discurso político de turno a volar junto con el avión comunista y ser conocido por todo el mundo. Después del funeral, el ciclo de la vida y la naturaleza vuelve a su cauce, otra vez el campo, los trigales, los perales, los zapallos, ahora hay una lluvia que limpia todo y permite el renacimiento, la nueva vida. La de Vasili, feliz, con su novia sonriente entre brazos, renacido, resucitado casi, una pequeña visión de lo que podría haber sido. La señal de que a la naturaleza y al espíritu no le importan las revoluciones ni las muertes porque todo forma parte de un ciclo sin fin.
No hay en esta película una gran fluidez narrativa ni de profundidad psicológica, por el contrario se alternan momentos estáticos, contemplativos, imbuidos de espiritualidad con otros muchos más veloces, con un montaje prodigioso e incluso se hace montaje paralelo entre varias historias en la secuencia del funeral. Los personajes sencillos, y construidos con pocos rasgos de personalidad que los definen son por momentos demasiado simples, para que todos los espectadores puedan “seguirlos”, hay buenos y malos, aunque estos últimos no duran mucho tiempo, ya sea por que el nuevo régimen va a acabar con ellos o por que en realidad no eran tan malos y se arrepienten de sus actos. También hay que señalar que a pesar de tener un protagonista y personajes principales, por momentos se recurre a la masa cómo personaje, cómo en la llegada el tractor o el funeral de Vasili, o también hay personajes que aparecen pocos minutos o segundos para luego desaparecer cómo la mujer que da a luz durante el funeral o los hombres que están reunidos en el bar donde leen sobre los sabotajes de los ricos.
Es significativo cómo en la escena del funeral nadie escucha la confesión de Koma, simplemente no les importa, lo importante es el discurso político que convierte a Vasili en mártir del nuevo régimen.
Debido al régimen imperante que aceptaba o rechazaba los proyectos o directamente los dictaba, Dovzhenko se vio pronto reprimido en sus intenciones espirituales y experimentales para sus proyectos y tuvo que adaptarse a hacer filmes que no lo satisfacían. Tierra fue censurada en algunas de sus escenas y el régimen socialista no la aceptó con complacencia acusándola de ambigua. En sus últimos 20 años bajo el régimen de Stalin tuvo que disminuir su producción y se dedicó más a escribir novelas y cuentos. También colaboró con la carrera de realizadores más jóvenes. Falleció en Moscú el 25 de noviembre de 1956.
Cómo el protagonista de su película, Dovzhenko regresó después de fallecido con una obra llamada Poema del mar de 1959 que fue completada por su esposa Yulia Solntseva.
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U.R.S.S.
martes, 14 de junio de 2011
Alguién me está mirando. (John Carpenter). Someone's Watching Me! 1978. Estados Unidos.
Película hecha para televisión en 1978, este es el cuarto largometraje de Carpenter, justo después de filmar Halloween. Es, probablemente, el período más creativo de su carrera, ya que entre 1974 y 1984 dirigió 10 películas entre ellas La Cosa (The Thing), Christine y Escape de Nueva York (Escape from New York). Seguramente porque fue hecha para televisión y además por su momento de creatividad, Carpenter deja el terror sobrenatural y/o violento para introducirse en una historia de suspenso, algo convencional pero no por eso menos brillante. ¡Cuantos directores que alguna vez hicieron su cuarta pelicula no habrán deseado que les saliera tan bien cómo esta!
La historia es simple, una chica se muda a un departamento lujoso en un gran edificio y poco a poco se da cuenta de que está siendo observada primero y luego acosad por un extraño que vive en el edificio del frente y que le va hacer la vida imposible.
Dirigida con maestria y precisión, Carpenter agrega aristas que podrían pasar desapercibidas, pues están tan metidas en la historia que no se destacan, pero son justamente las que producen que esta película se distinga de entre las cientos de otras películas con historias similares. La primera es la protagonista, una mujer de muy buen humor, frontal, que sale lo que quiere y que es una luchadora incansable. Trabaja cómo directora de programas de televisión y es muy atractiva, por lo que sabe muy bien cómo manejarse entre un mundo de hombres. Por otro lado los hombres que la acompañan, incluido el novio, podrán tener buena voluntad pero nunca resultan lo suficientemente confiables y útiles, o no creen en ella o no saben que hacer para solucionar su problema.
Seguramente la escena que más se destaca en este sentido de separar la situación de poder entre hombres y mujeres es aquella en la cual ella se mete debajo de una rejilla y el asesino, literalmente le camina por encima sin darse cuenta.
Muchos aires hichcockianos, tanto en los ambientes reducidos en los que transcurre la acción, los homenajes para nada velados a La Ventana Indiscreta (The Rear Window) cómo en que Carpenter abandone sus efectivas y simples melodías hechas con sintetizadores por una música incidental hecha con orquesta. También hay algún acercamiento a Dario Argento pero no toma él las escenas sangrientas y muy elaboradas del maestro italiano, sino los planos detalle de los objetos del asesino, que de tan cercanos no los pdemos distinguir y el mostrarlo cómo un elemento secundario que pasa desapercibido en la escena pero que deja una sensación de misterio, opresión, confusión y paranoia.
Tal vez una mirada desatenta pueda hacer creer que estamos ante una película de suspenso común y corriente pero aunque no se perciban sus notas sobre política, sexismo, cine y literatura, lo que sí se nota es su tremenda efectividad narrativa en una historia que no da respiro.
Casi muy buena.
La historia es simple, una chica se muda a un departamento lujoso en un gran edificio y poco a poco se da cuenta de que está siendo observada primero y luego acosad por un extraño que vive en el edificio del frente y que le va hacer la vida imposible.
Dirigida con maestria y precisión, Carpenter agrega aristas que podrían pasar desapercibidas, pues están tan metidas en la historia que no se destacan, pero son justamente las que producen que esta película se distinga de entre las cientos de otras películas con historias similares. La primera es la protagonista, una mujer de muy buen humor, frontal, que sale lo que quiere y que es una luchadora incansable. Trabaja cómo directora de programas de televisión y es muy atractiva, por lo que sabe muy bien cómo manejarse entre un mundo de hombres. Por otro lado los hombres que la acompañan, incluido el novio, podrán tener buena voluntad pero nunca resultan lo suficientemente confiables y útiles, o no creen en ella o no saben que hacer para solucionar su problema.
Seguramente la escena que más se destaca en este sentido de separar la situación de poder entre hombres y mujeres es aquella en la cual ella se mete debajo de una rejilla y el asesino, literalmente le camina por encima sin darse cuenta.
Muchos aires hichcockianos, tanto en los ambientes reducidos en los que transcurre la acción, los homenajes para nada velados a La Ventana Indiscreta (The Rear Window) cómo en que Carpenter abandone sus efectivas y simples melodías hechas con sintetizadores por una música incidental hecha con orquesta. También hay algún acercamiento a Dario Argento pero no toma él las escenas sangrientas y muy elaboradas del maestro italiano, sino los planos detalle de los objetos del asesino, que de tan cercanos no los pdemos distinguir y el mostrarlo cómo un elemento secundario que pasa desapercibido en la escena pero que deja una sensación de misterio, opresión, confusión y paranoia.
Tal vez una mirada desatenta pueda hacer creer que estamos ante una película de suspenso común y corriente pero aunque no se perciban sus notas sobre política, sexismo, cine y literatura, lo que sí se nota es su tremenda efectividad narrativa en una historia que no da respiro.
Casi muy buena.
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jueves, 19 de mayo de 2011
Desapareció una noche. (Ben Affleck). Gone Baby Gone. 2007. Estados Unidos
Policial duro, de esos que transcurren en los bajos fondos de una gran ciudad, en un barrio del que solamente un poco de orgullo y mucha falta de dinero impide que los vecinos tengan ganas de mudarse. Calles llenas de humildes trabajadores honestos pero también de la violencia de la droga.
Una nenita de 4 años desaparece, algo relativamente común, pero esta vez se enteran los medios y con ellos toda la ciudad. Han pasado ya cuatro días sin novedades, entonces la tía de la nenita decide contratar a una joven pareja de detectives del barrio, especializados en encontrar gente para cobrar el seguro.
Ellos, consiguen acercarse a personas a la que la policía no tiene acceso y comienzan a meterse casa vez más profundamente en un oscuro mundo de corrupción, violencia y traiciones.
Casey Affleck hace del detective privado, y debo admitir que al principio no le tenía mucha confianza, pero, después de verlo en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik), ya me está pareciendo uno de los descubrimientos actorales del año. En la película de Dominik hace un personaje muy poco inteligente, obsesionado con su admiración por Jesse James, y Affleck está perfecto en su composición, en esta película es increíble cómo cambia de registro, hace de un detective muy joven pero para nada ingenuo, acostumbrado a la violencia y a la sordidez. Me llamó mucho la atención que con ese rostro de carilindo, joven y suave, logre hacer un personaje que puede moverse entre tanta oscuridad. En cierta forma, Affleck deja entrever siempre un trasfondo muy violento detrás del rostro angelical.
La película está dirigida por el hermano mayor Ben Affleck, que dicen es mucho más conocido, pero yo no recuerdo ninguna película con él excepto alguna comedia romántica con Jennifer López (acabo de revisar su biografía en Internet y la única película con él que me gustó es Rebeldes y Confundidos, Dazed and Confused (Richard Lincklater) de 1993, pero a su personaje no lo registro). También me llama la atención que alguien cómo él sea el sólido director de esta película, que está perfectamente contada, en casi todo su metraje excepto a medida que se acerca el final, en el cual algunos flash back y principalmente, largos discursos innecesarios y la actitud de la mujer del detective, le quitan toda la tensión que se había acumulado previamente.
Tal vez estos hermanos, nos estén demostrando, cómo mucho de lo que pasa en este película, que no se debe juzgar por la apariencias.
Casi muy buena.
Una nenita de 4 años desaparece, algo relativamente común, pero esta vez se enteran los medios y con ellos toda la ciudad. Han pasado ya cuatro días sin novedades, entonces la tía de la nenita decide contratar a una joven pareja de detectives del barrio, especializados en encontrar gente para cobrar el seguro.
Ellos, consiguen acercarse a personas a la que la policía no tiene acceso y comienzan a meterse casa vez más profundamente en un oscuro mundo de corrupción, violencia y traiciones.
Casey Affleck hace del detective privado, y debo admitir que al principio no le tenía mucha confianza, pero, después de verlo en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik), ya me está pareciendo uno de los descubrimientos actorales del año. En la película de Dominik hace un personaje muy poco inteligente, obsesionado con su admiración por Jesse James, y Affleck está perfecto en su composición, en esta película es increíble cómo cambia de registro, hace de un detective muy joven pero para nada ingenuo, acostumbrado a la violencia y a la sordidez. Me llamó mucho la atención que con ese rostro de carilindo, joven y suave, logre hacer un personaje que puede moverse entre tanta oscuridad. En cierta forma, Affleck deja entrever siempre un trasfondo muy violento detrás del rostro angelical.
La película está dirigida por el hermano mayor Ben Affleck, que dicen es mucho más conocido, pero yo no recuerdo ninguna película con él excepto alguna comedia romántica con Jennifer López (acabo de revisar su biografía en Internet y la única película con él que me gustó es Rebeldes y Confundidos, Dazed and Confused (Richard Lincklater) de 1993, pero a su personaje no lo registro). También me llama la atención que alguien cómo él sea el sólido director de esta película, que está perfectamente contada, en casi todo su metraje excepto a medida que se acerca el final, en el cual algunos flash back y principalmente, largos discursos innecesarios y la actitud de la mujer del detective, le quitan toda la tensión que se había acumulado previamente.
Tal vez estos hermanos, nos estén demostrando, cómo mucho de lo que pasa en este película, que no se debe juzgar por la apariencias.
Casi muy buena.
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lunes, 11 de abril de 2011
Un héroe nunca muere. (Johnny To). A hero never dies. Chan sam ying hung. 1998. Hong Kong.
Heredero del mejor John Woo, todo lo que pasa en esta película es una mezcla perfecta de melodrama y acción. No es que se salte de un género a otro en distintas escenas, sino que están perfectamente integrados en la historia. Dos asesinos a sueldo de bandas rivales de la triada (mafia china), entran en una guerra sin cuartel. Jack y Martin son los únicos que todavía mantienen vivos los viejos códigos de los samuráis, y se tienen un respeto mutuo, además de compartir el gusto por la violencia y los vinos finos. Son personas iguales a las que les ha tocado participar de bandos opuestos. La guerra llega a un extremo de violencia que ni siquiera los propios jefes llegan a soportar. En la última y más sangrienta batalla tanto Jack como Martin quedan mal heridos y son dados por muertos, pero los jefes se acobardan, pactan la paz y se olvidan de sus mejores soldados. La venganza de Jack y Martin será implacable. Buena
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lunes, 7 de marzo de 2011
Citizen Langlois. (Edgardo Cozarinsky). 1995. Francia
Henri Langlois fue una de las personas más importantes en la historia del cine, pero no fue un director ni un actor ni un productor, ni siquiera un fotógrafo o un músico de trayectoria. Sin embargo a él le debemos mucho, todos los que amamos el cine, todos los cinéfilos.
Cuando comienza Besos Robados o La Hora del Amor (Baisers Volés de François Truffaut, 1968) aparece un pequeño cartel de homenaje a Langlois que luego no tiene relación con el resto de la trama, pero que indica la relevancia que tuvo para uno de los mejores directores de la historia.
Él fue el creador de la Cinemateca Francesa (Cinématheque Française), fue el primero en percibir que las películas debían ser preservadas, guardadas y exhibidas. Que el cine es un arte que merece ser conservado y también mostrado a nuevos espectadores.
Antes de Langlois el delicado e inflamable celuloide se dejaba arruinar en algún húmedo sótano o se reciclaba para hacer esmalte para uñas.
Amaba el cine mudo, le parecía que el cine sonoro era una imperfección, en la que se mezclaban texturas que debían permanecer separadas. Comenzó a coleccionar películas en 1934, en su bañadera, luego con ayuda estatal pudo utilizar un edificio. Durante la Segunda Guerra Mundial tenía espías que trabajaban tratando de recuperar películas prohibidas por el régimen nazi, tanto él cómo sus colaboradores (en su mayoría mujeres) arriesgaban su vida para ocultar las cintas que lograban recuperar.
Pero cómo no solo las recuperaba, sino que también las difundía, comenzó a surgir un grupo de jóvenes que iba a la Cinemateca a ver todo lo que pasaba y a amar el cine. Fueron los primeros cinéfilos, que luego crearon la revista Cahiers du Cinema, la teoría del autor y que con el tiempo se convirtieron ellos mismos en grandes directores cómo el mencionado Truffaut más Rhomer, Rivette, Chabrol, Godard y otros muchos.
Para 1968, (año de la filmación de Besos Robados) Langlois ya era un personaje reconocido en el ambiente del cine, y esto le había creado tantos amigos cómo enemigos. Su defensa acérrima o mejor dicho su fanatismo para la conservación y exhibición de películas, ya causaba malestar en varias personas del gobierno de su país y del exterior y fue despedido. La gente salió a la calle a protestar y a exigir que lo reintegren a su trabajo. Lo consiguieron y Langlois se volvió un personaje famoso, que era visitado y respetado por muchos artistas de cine cómo Lilian Gish o Sir Alfred Hitchcock.
Hasta aquí llega el documental que había sido muy interesante y breve. De los años posteriores de él hasta su muerte no sabremos nada, por el contrario el documental comienza a indagar en la niñez de Langlois, se pregunta qué lo llevó, con sólo 20 años a querer conservar cosas viejas y desechadas por los demás. Aquí la película afloja muchísimo el interés, pues parece encontrar una causa psicológica a su comportamiento en algunas tragedias que pasó en la infancia y en realidad lo que hace es agregar un material que no suma nada, irrelevante y que casi anula la pequeña historia épica que nos habían contado durante la primera hora.
Debo confesar que llegué tarde a la proyección, por lo que me perdí una pequeña introducción y los títulos de inicio.
La música de Piazzola ayuda mucho a conseguir que surjan las emociones.
Buena.
Cuando comienza Besos Robados o La Hora del Amor (Baisers Volés de François Truffaut, 1968) aparece un pequeño cartel de homenaje a Langlois que luego no tiene relación con el resto de la trama, pero que indica la relevancia que tuvo para uno de los mejores directores de la historia.
Él fue el creador de la Cinemateca Francesa (Cinématheque Française), fue el primero en percibir que las películas debían ser preservadas, guardadas y exhibidas. Que el cine es un arte que merece ser conservado y también mostrado a nuevos espectadores.
Antes de Langlois el delicado e inflamable celuloide se dejaba arruinar en algún húmedo sótano o se reciclaba para hacer esmalte para uñas.
Amaba el cine mudo, le parecía que el cine sonoro era una imperfección, en la que se mezclaban texturas que debían permanecer separadas. Comenzó a coleccionar películas en 1934, en su bañadera, luego con ayuda estatal pudo utilizar un edificio. Durante la Segunda Guerra Mundial tenía espías que trabajaban tratando de recuperar películas prohibidas por el régimen nazi, tanto él cómo sus colaboradores (en su mayoría mujeres) arriesgaban su vida para ocultar las cintas que lograban recuperar.
Pero cómo no solo las recuperaba, sino que también las difundía, comenzó a surgir un grupo de jóvenes que iba a la Cinemateca a ver todo lo que pasaba y a amar el cine. Fueron los primeros cinéfilos, que luego crearon la revista Cahiers du Cinema, la teoría del autor y que con el tiempo se convirtieron ellos mismos en grandes directores cómo el mencionado Truffaut más Rhomer, Rivette, Chabrol, Godard y otros muchos.
Para 1968, (año de la filmación de Besos Robados) Langlois ya era un personaje reconocido en el ambiente del cine, y esto le había creado tantos amigos cómo enemigos. Su defensa acérrima o mejor dicho su fanatismo para la conservación y exhibición de películas, ya causaba malestar en varias personas del gobierno de su país y del exterior y fue despedido. La gente salió a la calle a protestar y a exigir que lo reintegren a su trabajo. Lo consiguieron y Langlois se volvió un personaje famoso, que era visitado y respetado por muchos artistas de cine cómo Lilian Gish o Sir Alfred Hitchcock.
Hasta aquí llega el documental que había sido muy interesante y breve. De los años posteriores de él hasta su muerte no sabremos nada, por el contrario el documental comienza a indagar en la niñez de Langlois, se pregunta qué lo llevó, con sólo 20 años a querer conservar cosas viejas y desechadas por los demás. Aquí la película afloja muchísimo el interés, pues parece encontrar una causa psicológica a su comportamiento en algunas tragedias que pasó en la infancia y en realidad lo que hace es agregar un material que no suma nada, irrelevante y que casi anula la pequeña historia épica que nos habían contado durante la primera hora.
Debo confesar que llegué tarde a la proyección, por lo que me perdí una pequeña introducción y los títulos de inicio.
La música de Piazzola ayuda mucho a conseguir que surjan las emociones.
Buena.
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Francia,
Largometraje
domingo, 13 de febrero de 2011
Misión en Cachemira. (Vidhu Vinod Chopra). Mission Kashmir. India. 2000.
¡Mi primera película hindú!
Había escuchado hablar muchas cosas de las películas hindúes; que duran 4 horas o más, que siempre incluyen números musicales, que los protagonistas jamás se besan, que en su mayoría están basadas en historias sacadas de Bagabat Gita (perdón si lo escribí mal), el libro sagrado hindú. La producción de películas de la India es la más voluminosa del mundo, llegando a producir cerca de 900 películas anuales, que alimentan a un público muy ávido de ver actuar, cantar y bailar a sus estrellas.
La película comienza con escenas muy fuertes, en los primeros 15 minutos son asesinados dos niños, directa o indirectamente por responsabilidad de los terroristas independentistas de Cachemira, uno de lo niños es el hijo del jefe de policía, Anayat, quien se venga asesinando a todos los terroristas y a la familia de la casa donde se ocultaban, literalmente los masacra, pero sobrevive el pequeño Altaaf y el jefe de policía decide criarlo para reemplazar a su hijo muerto y a la vez redimirse de su error. Con el tiempo el niño aprende a querer a su nueva familia pero más tarde se da cuenta que su padre adoptivo es el responsable de la muerte de su propia familia. El niño huye y jura venganza.
Diez años después Altaaf, forma parte de los terroristas que buscan la independencia de Cachemira, liderados por el cruel Hilal, son contratados por otro grupo terrorista, más oscuro, misterioso y poderoso para llevar a cabo una misión que liberará a Cachemira de sus cadenas Hindúes.
Mezcla extraña pero perfecta de película de guerra, drama familiar, comedia romántica, comedia musical y suspenso; película, publicidad y video clip, casi todas las escenas son de una intensidad muy poco habitual, incluidos los bailes y las canciones que a veces pegan perfectamente con la trama, otros parecen salidas de algún plato volador pero todas tienen un encanto en las coreografías, las letras, la música, la maravillosa fotografía y en el lujoso vestuario, que ni siquiera aquí decae el interés.
Además es increíble ver cómo los actores que hace unos segundos estaban en una escena muy dramática o violenta, de repente se “sueltan” y comienzan a cantar y a bailar con una gracia sin igual, y en esto se destacan principalmente la muy simpática Pritey Zinta y el carilindo y mucho más Hrithik Roshan que a pesar de su altura de casi 1,90 y de un físico que nada tiene que envidiarle a Schwarzenegger baila con una gracia especial. Esto se demuestra muy bien en sus dúos en las canciones “Chupke Se Suun” y “Socho Ke Jheelon Ka”, donde se aprecia fácilmente que aunque en las películas hindúes esté prohibido besarse en la boca, un montón de besitos en mejillas, frente y cuello pueden parecer un poco ridículos al principios pero tienen su cuota de erotismo algo naif pero efectivo, y principalmente en “Rind Posh Maal” un baile construido con un suspenso cada vez más creciente, donde al mismo tiempo que se canta a favor de la paz y la unión de los pueblos, sabemos que se está preparando un ataque explosivo. Esta secuencia tiene la característica de violar cualquier atisbo de verosimilitud: el mismo personaje aparece en dos lugares al mismo tiempo, se muestra sin vergüenza alguna que quien canta no es el hermoso Roshan sino un gordito que está detrás de él y todo esto no molesta en absoluto, al contrario, sirve para que la película se vuelva más libre, extraña y perfecta.
Pero con todo esto, cual montaña rusa, las peripecias argumentales nos llevan de la alegría más sublime a la tristeza más abismal sin términos medios, hay varias escenas de baile que terminan con un asesinato y no puedo dejar de pensar que los crímenes de los niños al principio de la película están construidos para ser bastante molestos y dolorosos. Dicen que todo el cine de la India está construido de esta manera pues se hace para entretener a gente muy poco instruida y por eso todo es intenso, exagerado y simple. Sin embargo hay varios momentos en los que la película deja lo simple y se vuelve ambigua en su mensaje.
Cachemira es una pequeña región de la India, que está en conflicto desde hace mucho tiempo pues también es reclamada por su país vecino Pakistán y los propios habitantes del lugar luchan por ser independientes. El director oriundo de esta región dice que quiere llevar un mensaje de paz para su amado pueblo, pero la película es tremendamente violenta, llena de escenas de acción filmadas en un estilo acrobático a lo John Woo, varios asesinatos y por lo menos dos masacres, pergeñadas por la policía. El protagonista más bueno es Isayat, un jefe policial capaz de torturar pero que sufre porque sabe que cuando se enfurece y asesina a todo el mundo comete un error que no podrá nunca perdonarse. El segundo protagonista es Altaaf que lo que más desea es vengarse de Isayat, pero lo quiere, ambos se quieren. Es casi involuntariamente graciosa la escena en que dos policías de religiones diferentes discuten si está bien matarse en nombre de la religión, al final ambos llegan a la conclusión de que no, pero luego la cámara muestra los cadáveres de más de 20 personas que ellos acaban de asesinar en una emboscada.
Para el final quiero descartar al personaje de Hilal, un malo cómo no se veía en mucho tiempo, uno que realmente puede causar impresión cada vez que aparece en pantalla, con un cuidado trabajo de la puesta escena y la actuación de Jackie Shroff, nunca se le ven los ojos, que parecen dos orbitas muertas en blanco, todos sus movimientos, su voz, e incluso su cabello, causan una sensación tan imborrable cómo muchas de las cosas que aparecen en la película.
Sin duda habrá que tratar de ver más cine Hindú, pero si hacen 900 películas al año ¿Cuántas podrán ser buenas?
Un poco mejor que muy buena.
Había escuchado hablar muchas cosas de las películas hindúes; que duran 4 horas o más, que siempre incluyen números musicales, que los protagonistas jamás se besan, que en su mayoría están basadas en historias sacadas de Bagabat Gita (perdón si lo escribí mal), el libro sagrado hindú. La producción de películas de la India es la más voluminosa del mundo, llegando a producir cerca de 900 películas anuales, que alimentan a un público muy ávido de ver actuar, cantar y bailar a sus estrellas.
La película comienza con escenas muy fuertes, en los primeros 15 minutos son asesinados dos niños, directa o indirectamente por responsabilidad de los terroristas independentistas de Cachemira, uno de lo niños es el hijo del jefe de policía, Anayat, quien se venga asesinando a todos los terroristas y a la familia de la casa donde se ocultaban, literalmente los masacra, pero sobrevive el pequeño Altaaf y el jefe de policía decide criarlo para reemplazar a su hijo muerto y a la vez redimirse de su error. Con el tiempo el niño aprende a querer a su nueva familia pero más tarde se da cuenta que su padre adoptivo es el responsable de la muerte de su propia familia. El niño huye y jura venganza.
Diez años después Altaaf, forma parte de los terroristas que buscan la independencia de Cachemira, liderados por el cruel Hilal, son contratados por otro grupo terrorista, más oscuro, misterioso y poderoso para llevar a cabo una misión que liberará a Cachemira de sus cadenas Hindúes.
Mezcla extraña pero perfecta de película de guerra, drama familiar, comedia romántica, comedia musical y suspenso; película, publicidad y video clip, casi todas las escenas son de una intensidad muy poco habitual, incluidos los bailes y las canciones que a veces pegan perfectamente con la trama, otros parecen salidas de algún plato volador pero todas tienen un encanto en las coreografías, las letras, la música, la maravillosa fotografía y en el lujoso vestuario, que ni siquiera aquí decae el interés.
Además es increíble ver cómo los actores que hace unos segundos estaban en una escena muy dramática o violenta, de repente se “sueltan” y comienzan a cantar y a bailar con una gracia sin igual, y en esto se destacan principalmente la muy simpática Pritey Zinta y el carilindo y mucho más Hrithik Roshan que a pesar de su altura de casi 1,90 y de un físico que nada tiene que envidiarle a Schwarzenegger baila con una gracia especial. Esto se demuestra muy bien en sus dúos en las canciones “Chupke Se Suun” y “Socho Ke Jheelon Ka”, donde se aprecia fácilmente que aunque en las películas hindúes esté prohibido besarse en la boca, un montón de besitos en mejillas, frente y cuello pueden parecer un poco ridículos al principios pero tienen su cuota de erotismo algo naif pero efectivo, y principalmente en “Rind Posh Maal” un baile construido con un suspenso cada vez más creciente, donde al mismo tiempo que se canta a favor de la paz y la unión de los pueblos, sabemos que se está preparando un ataque explosivo. Esta secuencia tiene la característica de violar cualquier atisbo de verosimilitud: el mismo personaje aparece en dos lugares al mismo tiempo, se muestra sin vergüenza alguna que quien canta no es el hermoso Roshan sino un gordito que está detrás de él y todo esto no molesta en absoluto, al contrario, sirve para que la película se vuelva más libre, extraña y perfecta.
Pero con todo esto, cual montaña rusa, las peripecias argumentales nos llevan de la alegría más sublime a la tristeza más abismal sin términos medios, hay varias escenas de baile que terminan con un asesinato y no puedo dejar de pensar que los crímenes de los niños al principio de la película están construidos para ser bastante molestos y dolorosos. Dicen que todo el cine de la India está construido de esta manera pues se hace para entretener a gente muy poco instruida y por eso todo es intenso, exagerado y simple. Sin embargo hay varios momentos en los que la película deja lo simple y se vuelve ambigua en su mensaje.
Cachemira es una pequeña región de la India, que está en conflicto desde hace mucho tiempo pues también es reclamada por su país vecino Pakistán y los propios habitantes del lugar luchan por ser independientes. El director oriundo de esta región dice que quiere llevar un mensaje de paz para su amado pueblo, pero la película es tremendamente violenta, llena de escenas de acción filmadas en un estilo acrobático a lo John Woo, varios asesinatos y por lo menos dos masacres, pergeñadas por la policía. El protagonista más bueno es Isayat, un jefe policial capaz de torturar pero que sufre porque sabe que cuando se enfurece y asesina a todo el mundo comete un error que no podrá nunca perdonarse. El segundo protagonista es Altaaf que lo que más desea es vengarse de Isayat, pero lo quiere, ambos se quieren. Es casi involuntariamente graciosa la escena en que dos policías de religiones diferentes discuten si está bien matarse en nombre de la religión, al final ambos llegan a la conclusión de que no, pero luego la cámara muestra los cadáveres de más de 20 personas que ellos acaban de asesinar en una emboscada.
Para el final quiero descartar al personaje de Hilal, un malo cómo no se veía en mucho tiempo, uno que realmente puede causar impresión cada vez que aparece en pantalla, con un cuidado trabajo de la puesta escena y la actuación de Jackie Shroff, nunca se le ven los ojos, que parecen dos orbitas muertas en blanco, todos sus movimientos, su voz, e incluso su cabello, causan una sensación tan imborrable cómo muchas de las cosas que aparecen en la película.
Sin duda habrá que tratar de ver más cine Hindú, pero si hacen 900 películas al año ¿Cuántas podrán ser buenas?
Un poco mejor que muy buena.
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Vidhu Vinod Chopra
jueves, 13 de enero de 2011
Las mejores películas de 2010
Estos son todos los estrenos que vi este año:
Agora (Alejandro Amenábar)
Avatar (James Cameron)
Carancho (Pablo Trapero)
Diletante (Kris Niklinson)
El ambulante (Eduardo de la Serna, Lucas Marcheggiano, Adriana Yurcovich)
El hombre de al lado (Gastón Duprat, Mariano Cohn)
El príncipe de Persia (Mike Newell)
El rati horror show (Enrique Piñeyro)
El recuento de los daños (Inés de Oliveira Cézar)
Excursiones (Ezequiel Acuña)
Furia de titanes (Louis Leterrier)
Invictus (Clint Eastwood)
La cinta blanca (Michael Haneke)
La danse, el Ballet de la Ópera de París (Frederick Wiseman)
La hora de la siesta (Sofía Mora)
La isla siniestra (Martin Scorsese)
La Tigra, Chaco (Federico Godfrid y Juan Sasiaín)
Los indestructibles (Sylvester Stallone)
Los resistentes (Alejandro Fernández Mouján)
Mi villano favorito (Chris Renaud y Pierre Cofin)
Número 9 (Shane Acker)
Plan B (Marco Berger)
Por tu culpa (Anahí Berneri)
Red social (David Fincher)
Robin Hood (Ridley Scott)
Samarra (Brian De Palma)
Sherlock Holmes (Guy Ritchie)
Toy Story 3 (Lee Unkrich)
Un maldito policía en Nueva Orleáns (Werner Herzog)
Vivir al límite (Kathryn Bigelow)
Las 10 mejores:
1.- Toy Story 3 (Lee Unkrich)
2.- Vivir al límite (Kathryn Bigelow)
3.- Red social (David Fincher)
4.- La danse, el Ballet de la Ópera de París (Frederick Wiseman)
5.- Carancho (Pablo Trapero)
6.- Mi villano favorito (Chris Renaud y Pierre Cofin)
7.- Samarra (Brian De Palma)
8.- El hombre de al lado (Gastón Duprat, Mariano Cohn)
9.- Los indestructibles (Sylvester Stallone)
10.- Invictus (Clint Eastwood)
La Peor:
Avatar (James Cameron)
Agora (Alejandro Amenábar)
Avatar (James Cameron)
Carancho (Pablo Trapero)
Diletante (Kris Niklinson)
El ambulante (Eduardo de la Serna, Lucas Marcheggiano, Adriana Yurcovich)
El hombre de al lado (Gastón Duprat, Mariano Cohn)
El príncipe de Persia (Mike Newell)
El rati horror show (Enrique Piñeyro)
El recuento de los daños (Inés de Oliveira Cézar)
Excursiones (Ezequiel Acuña)
Furia de titanes (Louis Leterrier)
Invictus (Clint Eastwood)
La cinta blanca (Michael Haneke)
La danse, el Ballet de la Ópera de París (Frederick Wiseman)
La hora de la siesta (Sofía Mora)
La isla siniestra (Martin Scorsese)
La Tigra, Chaco (Federico Godfrid y Juan Sasiaín)
Los indestructibles (Sylvester Stallone)
Los resistentes (Alejandro Fernández Mouján)
Mi villano favorito (Chris Renaud y Pierre Cofin)
Número 9 (Shane Acker)
Plan B (Marco Berger)
Por tu culpa (Anahí Berneri)
Red social (David Fincher)
Robin Hood (Ridley Scott)
Samarra (Brian De Palma)
Sherlock Holmes (Guy Ritchie)
Toy Story 3 (Lee Unkrich)
Un maldito policía en Nueva Orleáns (Werner Herzog)
Vivir al límite (Kathryn Bigelow)
Las 10 mejores:
1.- Toy Story 3 (Lee Unkrich)
2.- Vivir al límite (Kathryn Bigelow)
3.- Red social (David Fincher)
4.- La danse, el Ballet de la Ópera de París (Frederick Wiseman)
5.- Carancho (Pablo Trapero)
6.- Mi villano favorito (Chris Renaud y Pierre Cofin)
7.- Samarra (Brian De Palma)
8.- El hombre de al lado (Gastón Duprat, Mariano Cohn)
9.- Los indestructibles (Sylvester Stallone)
10.- Invictus (Clint Eastwood)
La Peor:
Avatar (James Cameron)
viernes, 24 de diciembre de 2010
Encarnación. (Anahí Berneri). Argentina. 2007.
Advertencia: aunque no sea una película de suspenso, aquí se cuenta casi toda la trama de la película.
Ernie fue una reconocida vedette hace más de una década. Ahora trata de sobrevivir sola en su pequeño departamento de la calle Corrientes, que da a grandes cartelones de teatro de revistas en los que ya no aparece su nombre, trata de mantenerse con una cierta dignidad, haciendo bolos, codeándose con gente que está activa en el ambiente que ella tanto conoce pero sabiendo que su cuerpo y su rostro ya no son los de antes.
Mantiene una relación libre con Jorge, un representante o productor, con quien prefiere estar cuando se siente sola. Su experiencia le ha enseñado cómo utilizar el sexo para no quedar socialmente aislada y todavía consigue que los hombres de den vuelta para mirarla cuando la ven pasar, por lo que también es afecta a las relaciones ocasionales.
Sorpresivamente recibe una invitación para la fiesta de 15 años de su sobrina Ana.
Viaja a su pueblo natal, donde no es recibida con los brazos abiertos, al contrario, comienzan a tejerse pequeños pero malediciosos rumores sobre su sexualidad y se siente traicionada por su hermana que ha comenzado a trabajar sin avisarle un terreno que era del padre. Sin embargo está Ana, una jovencita llena de ilusiones, que la admira, la toma de consejera, de confidente. Las escenas jugadas entre las dos, son extraordinarias, principalmente aquellas en la pileta del hotel, donde el contraste entre los cuerpos y las sexualidades son marcadas, al mismo tiempo que sus coincidencias en las ilusiones, en el carácter y hasta en los vestidos y los bikinis dejan entrever en Ana las ganas de ser cómo su tía.
La directora Berneri no es ninguna pacata, ya en su película anterior Un Año Sin Amor, había mostrado frontalmente escenas de sexo homosexual y sadomasoquista con una rigurosidad excepcional para el cine argentino en particular y casi inexistente para todo el todo el cine en general, aquí la cámara recorre el cuerpo de Ernie sin pudores, más de una vez, enseñando cómo el paso de los años le ha agregado arrugas y quitado lozanía, pero ella sabe cómo sacarle provecho, aunque también se da cuenta que pronto la lucha contra el tiempo estará perdida. También, aunque no puede mostrarlo desnudo, aparece el cuerpo de Ana, en bikini, con las carnes muy firmes, los senos pequeños y turgentes y el culo redondo sin flaccidez ni celulitis (un placer un poco perverso para mí, espectador masculino que ya superó el doble de la edad de Ana, pero en el cine no se puede dejar de mirar), y una sexualidad a punto de explotar.
La amistad crece entre ellas y por primera vez podremos ver a Ernie utilizar toda su madurez y encanto para hacer un pequeño sacrificio por otra persona.
Hemos descubierto a la Encarnación original oculta detrás de la Ernie construida para el espectáculo.
Las perfectas actuaciones de Silvia Pérez (Ernie) y Martina Juncadella (Ana) ayudan a que creamos en el surgimiento de esta relación tan especial.
Cuando Ernie regresa a la gran ciudad, algo ha cambiado en ella, creo que se ha dado cuenta que, a veces, para ganar hay que perder un poco.
Muy Buena.
Ernie fue una reconocida vedette hace más de una década. Ahora trata de sobrevivir sola en su pequeño departamento de la calle Corrientes, que da a grandes cartelones de teatro de revistas en los que ya no aparece su nombre, trata de mantenerse con una cierta dignidad, haciendo bolos, codeándose con gente que está activa en el ambiente que ella tanto conoce pero sabiendo que su cuerpo y su rostro ya no son los de antes.
Mantiene una relación libre con Jorge, un representante o productor, con quien prefiere estar cuando se siente sola. Su experiencia le ha enseñado cómo utilizar el sexo para no quedar socialmente aislada y todavía consigue que los hombres de den vuelta para mirarla cuando la ven pasar, por lo que también es afecta a las relaciones ocasionales.
Sorpresivamente recibe una invitación para la fiesta de 15 años de su sobrina Ana.
Viaja a su pueblo natal, donde no es recibida con los brazos abiertos, al contrario, comienzan a tejerse pequeños pero malediciosos rumores sobre su sexualidad y se siente traicionada por su hermana que ha comenzado a trabajar sin avisarle un terreno que era del padre. Sin embargo está Ana, una jovencita llena de ilusiones, que la admira, la toma de consejera, de confidente. Las escenas jugadas entre las dos, son extraordinarias, principalmente aquellas en la pileta del hotel, donde el contraste entre los cuerpos y las sexualidades son marcadas, al mismo tiempo que sus coincidencias en las ilusiones, en el carácter y hasta en los vestidos y los bikinis dejan entrever en Ana las ganas de ser cómo su tía.
La directora Berneri no es ninguna pacata, ya en su película anterior Un Año Sin Amor, había mostrado frontalmente escenas de sexo homosexual y sadomasoquista con una rigurosidad excepcional para el cine argentino en particular y casi inexistente para todo el todo el cine en general, aquí la cámara recorre el cuerpo de Ernie sin pudores, más de una vez, enseñando cómo el paso de los años le ha agregado arrugas y quitado lozanía, pero ella sabe cómo sacarle provecho, aunque también se da cuenta que pronto la lucha contra el tiempo estará perdida. También, aunque no puede mostrarlo desnudo, aparece el cuerpo de Ana, en bikini, con las carnes muy firmes, los senos pequeños y turgentes y el culo redondo sin flaccidez ni celulitis (un placer un poco perverso para mí, espectador masculino que ya superó el doble de la edad de Ana, pero en el cine no se puede dejar de mirar), y una sexualidad a punto de explotar.
La amistad crece entre ellas y por primera vez podremos ver a Ernie utilizar toda su madurez y encanto para hacer un pequeño sacrificio por otra persona.
Hemos descubierto a la Encarnación original oculta detrás de la Ernie construida para el espectáculo.
Las perfectas actuaciones de Silvia Pérez (Ernie) y Martina Juncadella (Ana) ayudan a que creamos en el surgimiento de esta relación tan especial.
Cuando Ernie regresa a la gran ciudad, algo ha cambiado en ella, creo que se ha dado cuenta que, a veces, para ganar hay que perder un poco.
Muy Buena.
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Anahí Berneri,
Argentina,
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martes, 2 de noviembre de 2010
Bucarest 12:08 (Corneliu Porumboiu). A fost sau n-a fost? 2006
Segunda película Rumana que veo en el mes (la primera fue 4 meses, 3 semanas y 2 días de Cristian Mungiu). Antes de estas dos no recuerdo haber visto nada de ese país excepto por la saga de terror Subespecies, que salvo por alguna secuencia de animación cuando el vampiro recupera su cabeza y vuelve a la vida, no tenían absolutamente nada de interesante.
Desde hace un tiempo Rumania es utilizada para filmar películas de Hollywood, debido seguramente a que cómo queda en Europa de Este los profesionales cobran menos que sus pares de Occidente. Tal vez sea esto lo que ha hecho que en cierta forma humilde, se pueda decir que el cine de Rumania "estalló" en el 2007, ganando varios premios y con por lo menos 4 películas estrenadas aquí en la Argentina en el mismo mes, llamó la atención en todo el mundo
Ahí algo, por lo que vi y por lo que leí que une a estas cuatro películas y es la relación desde la actualidad con la dictadura de Ceaucescu y el descubrimiento que la democracia no es un lecho de rosas y que sigue habiendo muchos problemas sin solucionar.
Aquí somos los testigos de un programa de televisión que a los 17 años del derrocamiento del dictador se pregunta si en ese pueblito periférico, hubo o no una revolución, si se colaboró con el derrocamiento. El programa es de una precariedad absoluta, con el periodista y sus dos invitados sentados en una mesa pequeña con una foto de la plaza principal de la ciudad detrás de ellos.
Cada uno con sus taras y sus problemas, parece una broma que ellos sean los encargados de hablar del tema. El periodista Virgil que trata de enlazar el tema con filosofía y Platón, se hace el intelectual pero enseguida se vuelve un torpe reduccionista que creé que con solamente calcular el horario de la llegada de la gente a la plaza ya puede decir si el pueblo simpatizaba o no con la dictadura. A su derecha está el Viejo Piscosi, que casi no habla, pero tiene palabras más sabias que Virgil. Se aburre soberanamente y pasa el tiempo haciendo barquitos de papel. Fue invitado a último momento en reemplazo de algún otro “gran pensador”. A la izquierda de Virgil está el Prof. Manescu, un borrachín maestro de escuela, quién le debe dinero a medio mundo, que trata de demostrar, contra todos los demás que él llego a la plaza del pueblo temprano a la mañana e inició la revolución local junto con otros compinches profesores.
En realidad, ya nadie está interesado en la Revolución, los chicos alumnos de Manuscu saben más de la Revolución Francesa que de la Rumana y en lo único que están interesados los que llaman es para decir que el profesor es un borracho que no apareció por la plaza o lo hizo muy tarde.
¿Cómo demostrar si hubo o no una revolución con semejantes invitados y un periodista tan improvisado? Recién cuando el programa termina y todos se retiran podemos ver por completo la foto de la plaza que sirvió de fondo al debate, una plaza enorme con un edificio horrible (cómo parecen ser todos los de Rumania) completamente vacía de gente, árboles o animales. Sólo faltaba que se cayese y dejara el cartón blanco de fondo para ser más vacía.
Buena, con lo justo.
Desde hace un tiempo Rumania es utilizada para filmar películas de Hollywood, debido seguramente a que cómo queda en Europa de Este los profesionales cobran menos que sus pares de Occidente. Tal vez sea esto lo que ha hecho que en cierta forma humilde, se pueda decir que el cine de Rumania "estalló" en el 2007, ganando varios premios y con por lo menos 4 películas estrenadas aquí en la Argentina en el mismo mes, llamó la atención en todo el mundo
Ahí algo, por lo que vi y por lo que leí que une a estas cuatro películas y es la relación desde la actualidad con la dictadura de Ceaucescu y el descubrimiento que la democracia no es un lecho de rosas y que sigue habiendo muchos problemas sin solucionar.
Aquí somos los testigos de un programa de televisión que a los 17 años del derrocamiento del dictador se pregunta si en ese pueblito periférico, hubo o no una revolución, si se colaboró con el derrocamiento. El programa es de una precariedad absoluta, con el periodista y sus dos invitados sentados en una mesa pequeña con una foto de la plaza principal de la ciudad detrás de ellos.
Cada uno con sus taras y sus problemas, parece una broma que ellos sean los encargados de hablar del tema. El periodista Virgil que trata de enlazar el tema con filosofía y Platón, se hace el intelectual pero enseguida se vuelve un torpe reduccionista que creé que con solamente calcular el horario de la llegada de la gente a la plaza ya puede decir si el pueblo simpatizaba o no con la dictadura. A su derecha está el Viejo Piscosi, que casi no habla, pero tiene palabras más sabias que Virgil. Se aburre soberanamente y pasa el tiempo haciendo barquitos de papel. Fue invitado a último momento en reemplazo de algún otro “gran pensador”. A la izquierda de Virgil está el Prof. Manescu, un borrachín maestro de escuela, quién le debe dinero a medio mundo, que trata de demostrar, contra todos los demás que él llego a la plaza del pueblo temprano a la mañana e inició la revolución local junto con otros compinches profesores.
En realidad, ya nadie está interesado en la Revolución, los chicos alumnos de Manuscu saben más de la Revolución Francesa que de la Rumana y en lo único que están interesados los que llaman es para decir que el profesor es un borracho que no apareció por la plaza o lo hizo muy tarde.
¿Cómo demostrar si hubo o no una revolución con semejantes invitados y un periodista tan improvisado? Recién cuando el programa termina y todos se retiran podemos ver por completo la foto de la plaza que sirvió de fondo al debate, una plaza enorme con un edificio horrible (cómo parecen ser todos los de Rumania) completamente vacía de gente, árboles o animales. Sólo faltaba que se cayese y dejara el cartón blanco de fondo para ser más vacía.
Buena, con lo justo.
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