El ciclo 2008 del cine club El Amante terminó cómo empezó, con una película acerca de unas estudiantes japonesas que forman un grupo musical. (La primera película de este ciclo fue Linda, Linda, Linda de Nobuhiro Yamashita sobre un grupo punk).
Aquí la anécdota es que varias estudiantes de la secundaria tienen que hacer cursos de verano cuando la banda del colegio que apoya al equipo de béisbol se intoxica con comida en mal estado, entonces deciden que ellas van a reemplazar a los músicos mientras estén enfermos, pero no saben nada, así que el único sobreviviente de la banda les enseña a tocar para formar una Big Bang.
Llena de altibajos, con varios baches narrativos pero siempre encantadora con esas chicas que son capaces de cualquier sacrificio con tal de aprender jazz y llena de personajes secundarios inolvidables cómo el profesor de matemática que no puede tocar absolutamente nada, pero es un fanático del jazz que les enseña a ser un buen grupo.
No tiene la profundidad de la película mencionada, no hay un crecimiento, apenas algunas insinuaciones de romance o una soslayada referencia sexual en una escena, por lo demás totalmente inocente y alegre y sobre todo no está la sensación de una etapa que termina.
Divertida y emocionante, todos sus defectos simplemente pasan de largo y se vuelven virtud, para desatar al final una felicidad desbordante, en el que igual que en Linda, Linda, Linda, el grupo se presenta ante el público, no para competir, cómo hubiera pasado en una película norteamericana, sino simplemente para mostrar y compartir con todo el orgullo el hecho de llegar a hacer lo que realmente querían.
Muy buena. Casi muy Linda, Linda, Linda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario